Una lectora en Londres
Decidí volver a Londres con un objetivo concreto: pasar varias tardes en Waterstones, una de las librerías más grandes de Europa. Conocí Waterstones de casualidad, la primera vez que estuve en Londres, cuando caminaba por Picadilly y vi una vidriera que me llamó la atención. Entré sin imaginarme que me esperaban cinco pisos y un subsuelo de libros y sillones. Estaba viajando sola, así que pasé gran parte de mi estadía metida ahí adentro, con pilas de libros y horas por delante. Unos meses después, cuando vivía en Biarritz (Francia), me obsesioné con volver.
Uno de mis hobbies nuevos es entrar a webs de librerías, mirar los catálogos y agregar todo lo que me gusta al Wishlist. Hace tiempo decidí no comprarme tantos libros en papel como antes, si bien los amo y me encantan, por varios motivos: para poder llevarme los ebooks a todas partes, para no desbordar mi casa de libros, porque no puedo cargar tanto en la mochila y la cuarta razón me la olvidé. Pero —y miren cómo me autoconvenzo— hay un tipo de libros que NO puedo tener en ebook: los journals, esos libros-cuaderno pensados para ser intervenidos, escritos y dibujados encima. Entonces —autoconvencimiento número dos— quería volver a la Waterstones de Londres para mirar journals. Nótese que no dije comprar sino mirar. Y se me vino a la mente el clásico: «Bueno, ya que estoy tan cerca, tendría que aprovechar y hacerme una escapada» —sí, autoconvencimiento número tres—.
Miré pasajes de avión como quien no quiere la cosa y encontré una oferta: Estrasburgo (donde estaríamos durante nuestro último mes en Francia) – Londres, para dentro de dos meses: €15. QUÉ. Me olvidé de que me da miedo volar y me compré un pasaje sin pensarlo. Esa noche le conté a L. que me iba a Londres y me dijo que él también quería ir.
—Bueno, pero mirá que no voy a pasear eh… Voy para estar metida en librerías y mirar muchos journals todo el día.
—Perfecto, voy con vos.
Dos meses después nos subimos al avión.
Londres me generó ciertas revoluciones internas la primera vez que fui, aunque me di cuenta de eso más tarde.
Revolución número uno: cuando encontré —en Waterstones, justamente— el libro «The idle traveller», de Dan Kieran, y entendí que mi manera de viajar corresponde al slow travel.
Revolución número dos: cuando descubrí el libro «Steal like an artist», de Austin Kleon, y se me abrió un mundo nuevo de autores. Gracias a él conocí a Lynda Barry así que estaré por siempre agradecida.
Si bien le había dicho a L. que mi plan no era pasear, paseamos. Es imposible ir a Londres y no querer pasear.
«Algo que me divierte mucho de esta ciudad es que todo está muy explicado», le dije, y nos reímos cada vez que encontramos un cartel con indicaciones muy específicas.
Pasamos frente a una protesta para salvar a los zorros y lo único que pude pensar fue: «Por favor, quiero una de esas caretas de zorro».
Cruzamos y descruzamos puentes,
entramos al Disney Store —no puedo con mi infancia—,
fuimos a ver las ardillas a St. James Park (imposible aburrirse con estos animalitos),
pasamos por la tienda Moleskine —que alguien me agarre que me compro todo— y, por fin, llegamos a la parada número uno.
Primera parada: la Waterstones de Picadilly
Me pasa algo cuando entro a las librerías, una mezcla de fascinación, ansiedad y frustración: quiero todo + no me va a dar la vida para leer todos los libros que quiero leer + quiero casarme con mi biblioteca + no me va a dar la vida para escribir todos los libros que me gustaría escribir + quiero todo + basta de publicar cosas tan lindas.
La recorrí piso por piso, de a poco. Me quedé un larguíiisimo rato en la sección de Stationery (Papelería)
miré los libros para chicos (otra sección que me encanta),
y fui a la sección de viajes (un piso entero).
Después de dar una vuelta por todos los pisos, agarré los libros que me llamaron la atención y me senté en uno de los sillones a leer. Se dio la situación que tan bien nos define a L. y a mí: él estuvo toda la tarde leyendo un solo libro, el mismo, yo fui y vine con pilas de a diez, los leí de atrás para adelante, salteándome cosas, los devolví, traje otros diez, y así. Me hizo acordar a todas las veces que me pregunta para qué abro tantas pestañas del Chrome a la vez (soy la reina de las tabs). Yo los libros no los puedo leer de a uno.
No me compré ninguno porque ya tenía sobrepeso en la mochila. De hecho, y esto se los confieso solo a ustedes: tuve que comprarme una valija para poder llevarme todos los libros a Argentina, porque en la mochila no me entraban y no quería dejar ninguno en Francia. Dejé casi toda mi ropa, pero los libros y cuadernos me los traje todos.
Les comparto algunos de los que leí esa tarde:
«Lost in translation» me encantó: la autora muestra, a través de ilustraciones lindísimas, esas palabras que en otros idiomas que no tienen traducción y que sirven para expresar cosas muy específicas.
«An age of license», de Lucy Knisley, fue un gran descubrimiento: de repente me vi a mí misma en un comic. Lucy ilustra y también viaja, y lo sabe relatar de una manera muy íntima y cercana.
«Mess», de Keri Smith, es otro de esos libros creativos en mi wishlist, pero primero tengo que terminar de llenar los otros y recién después me daré permiso para tener este.
Esta guía de Lonely Planet, «The World – A Traveller’s Guide to the Planet», me pareció un muy buen regalo para cualquier viajero o persona que esté soñando con viajar. Eso sí, es un libro grandote y pesado, así que quizá mejor en ebook. 😀
«The family project» es un libro de consignas y disparadores pensado para que escribamos la historia de nuestra familia: recetas preferidas, vacaciones memorables, recuerdos vívidos. Me gusta y quizá más adelante también lo pida y lo complete de a poco.
«One word a day» es un cuadernito para escribir algo así como el hashtag del día, la palabra que haya tenido más peso durante las últimas 24 horas.
Divino. «All lovely things» es un journal que gira en torno a los objetos que nos definen. Tiene disparadores para dibujar nuestro juguete preferido de la infancia, la ropa que usamos en una primera cita, el libro que más nos marcó. Una celebración a los objetos que nos rodean.
Segunda parada: Foyles
Al día siguiente salimos a caminar y llegamos, de casualidad, a otra de las librerías que tenía en mi lista: Foyles.
No sé si hace falta que les diga lo mágica que me pareció. Si van a Londres con el plan de ver librerías, tienen que dedicarle al menos un día a cada una.
En Foyles también me senté a leer una pila de libros, en este caso relacionados con arte y creatividad.
«Think like an artist», de Will Gompertz, habla acerca de las prácticas y procesos creativos que los artistas suelen tener en común: la curiosidad, el gusto por los detalles, los planes alternativos… ¿Por qué hay gente que tiene ideas nuevas todo el tiempo? A esa pregunta responde el autor.
En su libro «The Art of Creative Thinking», Rod Judkins explica cómo el pensamiento creativo puede transformar nuestro trabajo y nuestro día a día. Es cuestión de mirar las cosas desde otra perspectiva, permitirnos los cambios de planes, jugar más y contradecirnos más seguido.
«An artist once said», de Hannah Rollings, es una colección de citas ilustradas: frases de grandes artistas acompañadas por dibujos de la autora.
Tercera parada: The Notting Hill Bookshop
Todos vimos la peli Notting Hill. Al menos los de mi generación, porque es un clásico y la pasaban siempre en el cable. Si no la viste, hacelo ahora. Sí, ya. Te espero.
Hola otra vez. ¿Vieron la librería que sale en la película? Bueno, es esta. No es exactamente la misma, porque la original cerró y esta abrió en su lugar un tiempo después, pero es la misma ubicación.
Y ahí, chusmeando entre las estanterías, me encontré con un libro que ya me habían recomendado: «The crossroads of Should and Must», de Elle Luna, un libro lindísimo de esos que deberían ser bibliografía obligatoria para seres humanos.
Otras paradas en nuestro London self-guided Book Tour:
Pasamos por Forbidden Planet, una tienda/librería especializada en comics y objetos de culto. (Abajo les voy a dejar la info de todos estos lugares por si viajan a Londres)
También fuimos a visitar The School of Life, una organización fundada por el filósofo Alain de Botton y Sophie Howarth, la antigua curadora del Tate Modern, junto con otros autores, artistas y educadores. Esta escuela de la vida ofrece cursos y talleres acerca de todo eso que es fundamental para nuestra vida y que los colegios no nos enseñan: cómo mejorar los vínculos afectivos, cómo encontrar más satisfacción en el trabajo, cómo interpretar el mundo de manera creativa…
Pero cuando llegamos estaba cerrada. Oh esas ironías de la vida.
También fuimos a inspeccionar otras sucursales de Waterstones, aunque mi preferida sigue siendo la de Picadilly.
Nos quedamos en la casa de mi primo, en las afueras del centro, con vista a casitas y autos así.
Y, después de revisarle la biblioteca —lo hago en todas las casas, disculpen de antemano—, me pasé la última tarde leyendo los cómics de Scott Pilgrim. Si no vieron la peli, también los invito a verla, es muy original.
Cinco días de librerías londineses después, volvimos a Francia un poco más contentos. Yo ya estoy pensando en qué ciudad haré mi próximo self-guided bookstore tour. Creo que armaré uno en Buenos Aires, así que pásenme datos de librerías lindas para ver por acá.
- The London Bookshop Map muestra dónde están ubicadas 111 de las librerías independientes de Londres.
- Visit London tiene una lista de las mejores librerías de Londres.
- Waterstones tiene varias sucursales en el Reino Unido, Irlanda, Amsterdam y Bruselas. En la web pueden ver todas las direcciones. My preferida es la que está en Picadilly Circus, y mi rincón favorito es la cafetería del subsuelo.
- Pasen por Foyles, está buenísima. Hay varias sucursales, nosotros fuimos a la de Charing Cross Road.
- The Forbidden Planet es ideal para los frikis de los cómics y las películas de culto. Me encantó.
- Me quedé con ganas de hacer algún curso en The School of Life. Chusmeen la web, tienen varias sucursales y propuestas muy interesantes.
Oh dios!!! Envidia de libros!!! (y la ardillita también muy mona, jeje). Yo también soy fan de los journals… Además de por lo que contienen, por lo bonitos que son. Si no los hicieran tan chulos, seguro que no nos gustarían tanto! =)
Para mí la mejor librería de Buenos Aires es http://www.librosref.com/
Ok…tenia 15 días para armar itinerario de viaje en Europa y definir si me daba una nueva chance con unos cuantos días en Inglaterra (fui a Londres por solo 5 días y fue dolorosamente corto)….luego de este post…es una señal para que realmente me saque las ganas y vuelva!!!
Aniko, en Buenos Aires tenés el Ateneo, obviamente, es linda aunque no sé si tiene mucha variedad. La librería de Eterna Cadencia que está muy buena también. Y hay una librería llamada «mi casa» (fijate en la web) que es un nuevo concepto en el rubro, porque es una librería adentro de una casa, se dedica más bien a narrativa y poesía latinoamericana, pero me parece interesante para conocer.
Hola Aniko! Estaba esperando un post…yo también abro todas las pestañas posibles en el chrome……me encantó una vez más tu historia. Slds…
Aniko ¡¡No sabes como esperaba este post!! Como futura (espero) bibliotecaria, amo los libros y todo lo que se relacione a ellos. Todas esta info y fotos me dieron aún más ganas de viajar a Londres (como si fuera posible, si pudiera viajaría mañana), así que voy a tener en cuenta todo para cuando pueda estar ahí.
Lo que si, me preocupo por mi billetera y mi valija, me voy a fundir por tanto que voy a querer comprar y por el exceso de peso que tendré que pagar jaja.
¡Saludo nevados! (Que cursi, pero es que esta mañana nevó :D)
Uffff, Londres es mi asignatura pendiente y después de este post incluso más, si es que eso es posible. Viviría fascinada en esos lugares.
pd. soy igual con los libros (leo de a muchos) y con las pestañas de chrome (puedo tener hasta 20 abiertas al mismo tiempo, y cuando ya están mucho tiempo abiertas y sé que no voy a volver a ellas en rato largo o días -algún artículo largo que quiero leer o cosas así- la mando a favoritos, a la lista eteeeeeeerna de links guardados).
ooohhh que lindo e interesante post! Dan muchas ganas de ir a todos esos lugares y comprarse todo.
Me encanta que le próximo sea de buenos aires, de acá se me ocurren dos librerias para recomendar:
Eterna cadencia
El ateneo grand splendid (que queda en Av. Sta Fe 1860) está adonde estaba el etatro Grand Splendid y en varios lugares la eligieron como una de las librerías más lindas del mudno.
ohhh acabo de volver de londres… visité varias de las que nombre pero esta informacion me hubiera venido barbaro antesssssssssssss………… volvereee!
Hola Aniko! Escuchaste hablar de «A cien metros» en el barrio de San Telmo (http://www.acienmetros.com.ar/)? Es una pseudo-librería (en realidad, casi una biblioteca personal que la dueña vende, porque sólo tiene los libros que a ella le gustan/interesan!). Me parece que puede entrar en tu recorrido de librerías de Buenos Aires =) Saludos!!
La única vez que estuve en Londres fue tan poco rato que no vi ningun librería y estuvo bien porque tampoco tenía tanta plata y me hubiera querido comprar todo. Amo todo el stationery y el que muestras es demasiado lindo. Sólo por tener excusa para comprar cosas de esas me hago más amigos por correspondencia!
Pensé que yo era la única que mantenia abiertas tantas pestañas en el Chrome, aunque me dicen que por eso puede andar lento, tengo que tener a mano varias cosas a la vez y ever porque pongo en reposo el note y no lo apago para no perder nada jajaja.
Acá tenés una base de datos con las Librerías de Buenos Aires (es del 2013 y faltan algunas nuevas pero zafa bastante) donde podes buscar por algunos filtros bastante interesantes como barrio y temática:
http://data.buenosaires.gob.ar/dataset/librerias/resource/ea9144c8-6fc6-451c-b81c-7e3f75bf6e8d
También te podes bajar la información en un archivo para abrir con una planilla de cálculo.
Algunas recomendaciones:
– El Ateneo Grand Splendid – Av. Santa Fé 1860 (ex cine teatro, una belleza)
– La librería de Ávila (o del colegio) – Adolfo Alsina 500 (la más antigua de Buenos Aires)
– Libros del pasaje – Thames 1762
– Walrus books – Estados Unidos 617 (libros usados en inglés)
– El rufián melancólico – Bolívar 857
– El gaucho – Neuquén 765
– Eterna cadencia – Honduras 5574
– El gato escaldado – Independencia 3548
– Alberto Casares – Suipacha 521
– Guadalquivir – Callao 1012
– Crackup – Costa Rica 4767
– Caleidoscopio – Echeverría 3268
– Clásica y moderna – Callao 892
Espero te sirva 😉
Deberías hacer como Up! poner todos los libros en una casita, atarle globos a la chimenea…y viajar con ella a todos lados! (yo haría lo mismo! jeje) Saludos y espero q me digas cndo estés en Bs As así te mando (o llevo) el cuaderno de Te quiero Limón! =) Saludos!!
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Ahhh, la sucursal de Waterstones en Piccadilly es un sueño. Y más después de pasar todo el día caminando bajo la lluvia –sin paraguas, obvio–.
No veo la hora de volver a Londres, esta vez, viajando lento, y de pasar muchas horas encerrada en librerías.
Yo también tengo una pila de libros por leer y abro un montón de pestañas. Pero me encanta, no puedo de a uno.
Un beso, Aniko. Seguí escribiendo y viajando, que vos fuiste la que me impulsó a hacer esas dos cosas que son mis favoritas en el mundo.
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me rei mucho con tu descripcion de lo que te provoca entrar en una libreria. es exactamente lo que me pasó en Waterstones y todas las demas librerias que visite en UK. A la de Picadilly no entré, con el dolor del alma, porque ya habia comprado un monton en la de Notting Hill Gate, y si entraba, compraba. De Londres me traje, en total, 20 libros (aunque uno me lo regalaron en el cine). Y TAMBIEN me tuve que comprar una valija extra porque ups! me sarpé un poco. Un dato que me contaron en the Notting Hill Bookshop (que luego confirmé leyendo un libro sobre el barrio) es que esa libreria solo sirvio de inspiracion al director Richard Curtis para recrear el interior de la de William Thacker en la pelicula, y para los exteriores usaron el frente de otro negocio, ubicado en Portobello Road (que ahora es un souvenirs shop). Lo que vemos en la pelicula es una escenografia en estudios. Con Foyles no sé bien que me pasó, no me enloqueció, creo que porque en realidad me abrumó su tamaño y llegué tarde, agotada… eso de organizarse y quedarse leyendo es un buen plan. Yo no lograba quedarme quieta adentro de las librerias, la fascinancion y ansiedad eran too much. Me extendi por demas, disculpá. Es que el tema y en especial la ciudad me tocan muy de cerca. Besos!