Todo es escribible
Cuando te das cuenta de que todo lo que te pasa, lo que ves y lo que vivís es escribible, empezás a mirar el mundo de otra manera: todo es material para un texto.
Podés, entonces:
– recordar eso que te pasó en el colegio y que preferiste olvidar, los momentos horribles de tristeza, vergüenza, humillación, esa vez que te pusiste a llorar en el comedor porque te dolían los aparatos fijos, la vez que se corrió el rumor de que había una foto tuya en portaligas, cuando tu amiga te contó que estaba enamorada de tu ex novio y vos hiciste de cuenta que no te importaba;
– recordar la primera vez que hiciste algo, el primer beso —¿eso fue un beso?—, cuando te metiste al océano Pacífico y lo frío que estaba, cuando diste una charla y te quedaste en blanco sobre el escenario, cuando cocinaste la tarta de puerros y se te cayó al piso, la primera vez que te fuiste de viaje sin saber cuándo ibas a volver;
– mirar bien a la señora que tenés sentada enfrente en el colectivo, fijarte en la pollera que le llega hasta arriba de los tobillos, en los pies hinchados, en sus medias transparentes, en su mechón de pelo pegado en la frente, en el broche que tiene en el cuello de la camisa, en la arruga que se le hace ahí en el hombro;
– ser consciente de tu vida cotidiana, de lo que hacés día a día, de la manera en que frotás los platos para que salga la grasa de la manteca, en cómo apilás los libros en tu escritorio, en las caminatas que hacés de tu casa al correo, en el piso frío del baño cada vez que te vas a duchar;
– ver cada detalle como extraordinario: esas dos piedras que tenés en el baño, una encima de la otra, en equilibrio, ese pelota que cayó justo en nuestro jardín, el erizo que se metió en la cocina, la taza de café que se partió al medio;
– hacer listas de lo que sea: los colores de gorras que viste en la pileta de natación, la cantidad de ventanas que tienen las casas de tu barrio, las personas de las que te enamoraste, los números de los colectivos que te tomaste, las calles en las que nunca estuviste;
y escribir todo.
Escribir para darle sentido a lo que te rodea y para encontrar el relato de tu vida.
Escribirlo porque no te sale hacer otra cosa.
…y escribirlo como si tu vida latiese con cada letra. Bum bum!
Escribir, escribir y escribir… Sentir, sentir y sentir… Volar, volar y volar…
A mi muchas situaciones diarias me parecen escribibles. Pero a veces me frena el hecho de que tengo que poner mucho de mí al hacerlo porque hablo de cosas que me son muy cercanas o muy íntimas, y me resulta incluso doloroso. Es como cuando sueñas y todo parece real por absurdo que sea.
Sí, pero creo que en eso reside la fuerza de la escritura: en poder sacar todo eso que tenemos adentro. Muchas veces es muy doloroso, pero al pasarlo al papel es como si lo superásemos un poco.
Sí, pero creo que en eso reside la fuerza de la escritura: en poder sacar todo eso que tenemos adentro. Muchas veces es muy doloroso, pero al pasarlo al papel es como si lo superásemos un poco.
Sí, eso también lo comenta Natalie Goldberg en su libro «El gozo de escribir». Me lo estoy leyendo gracias a ti, (no lo conocía) y me está ayudando porque me consuela ver que todo lo que me frena es lo que habitualmente frena a toda la gente que quiere escribir. El censor que tenemos en la mente, que no deja que saquemos con naturalidad lo que llevamos dentro.
Quería preguntarte a ti o a quien lo conozca, sobre un libro que me han recomendado. se llama «El viaje del escritor», de Christopher Vogler. También me han hablado de otro de Stephen King que se llama «Mientras escribo».
Ambos hablan de las técnicas que facilitan la tarea de escribir, si es que puede llegar a ser fácil.
No leí «El viaje del escritor», pero leí «Mientras escribo» y también me gustó mucho, te lo recomiendo!
He pasado años buscando este lugar y hoy lo encontré. Siento alegria en mi corazón, descubrir que puedo aprender a escribir sin experimentar esa presión de no saber que es lo que voy a escribir, y mejor aun tener unas pautas que me indiquen como puedo empezar a hacerlo es sencillamente genial… Me convertiré en una escriviviente por que sobreviviente ya soy. Saludos mundo.