Este ejercicio me encanta. Lo hice por primera vez en el taller de narrativa de Pedro Mairal, un escritor argentino, en el 2013. Una mañana, Pedro llegó al bar con una naranja, la puso sobre la mesa y nos pidió que habláramos de ella. Cada cual terminó contando una historia distinta, alguien describió la manera de pelar naranjas de su papá, yo conté de cuando un chino me regaló una naranja muy cara en año nuevo. La naranja era la misma pero tenía significados distintos según quién la mirara. Los objetos tienen historias personales que solo los dueños pueden contar. A veces esa historia nos antecede, a veces empieza con nosotros. Para la consigna de hoy elijan un objeto de su casa y escriban su historia. Traten de reconstruir todo: de dónde salió el objeto, cómo llegó a sus vidas, de qué maneras interactúan con él, qué significados oculta, qué lo hace importante, o no.