Hay tres cosas que no puedo evitar comprarme, esté en Buenos Aires o de viaje:
1. Libros
2. Postales
3. Cuadernos
Ya tengo más de los que voy a poder leer/mandar/escribir en mi vida, pero mis impulsos de compra compulsiva no desaparecen. Me convenzo diciendo que los voy a usar más adelante, y eso hago, lo que pasa es que la compra es más rápida que el uso. Cuando estoy viajando es un problema: suelo encontrar cuadernos lindísimos pero tengo que pensarlo dos veces por el peso, aunque en general los termino comprando y me digo que son cosas que no pesan. Y a la vez cuando estoy viajando es cuando más escribo, así que no es una mala combinación.