Me encantan las listas. Me encanta pensar en listas y escribir listas.

Si tuviera que hacer una lista de tipos de listas, diría que existen dos:

A) las de cosas para hacer (los pendientes)
B) todas las demás

Yo escribo de las dos.

A) Listas prácticas: 

– comprar pan yogur huevos queso mermelada
– traducir el artículo para M.
– terminar la propuesta para G.
– cobrar
– mandarle el primer borrador a J.
– preguntarle lo de la factura a C.
– empezar la serie de fotos de Centroamérica
– esperar la respuesta de J. acerca de la situación en M.
– responderle el mail a Z.

B) También escribo de las otras:

– lista de golpes
– lista de accidentes domésticos
– lista de amores fallidos
– lugares donde me senté a escribir
– actores que me gustan
– preguntas que me quiero responder
– anécdotas para contar en reuniones
– palabras preferidas
– cosas que me llegaron por correo
– los juegos que jugaba de chica
– ideas para futuras listas

Las listas B son interminables y eso es lo lindo.

Las listas A son interminables y eso es lo malo.

Para las listas B hay unos libros que tengo en la mira: la colección Listography, libros con listas para completar.

listography-libros

travel-list

Quiero. Quiero. Quiero. Basta.

Y para las listas prácticas, decidí dejar de hacerlas en un papel cualquiera y me compré esto:

mini-notebook

mini-notebook-4

mini-notebook-2

Si las escribo en un papel cualquiera se me pierden o dejo de darles importancia, pero si las escribo en un papel tan lindo siento más ganas de concretar esos objetivos. Dicen que algo bueno para ser más productivos es ponerse una meta diaria —o dos— y no más: las listas interminables al final nunca se cumplen.