Día 6: escribí tu pesadilla recurrente
En las pesadillas hay algo muy poderoso: condensan todo eso que nos da miedo, a veces de manera muy irracional. Alguna vez soñé que alguien me perseguía para matarme y me desperté mal, pero mis peores pesadillas son otras, son las que se repiten y me quedan grabadas en la cabeza. Es fácil olvidarse de un sueño pero es muy difícil olvidarse de una pesadilla. Escribir desde el miedo, con mucho detalle, también es un buen ejercicio.
Mi pesadilla recurrente fue cambiando con los años. Antes soñaba que tenía que ir al baño y solo encontraba inodoros sin paredes en medio de un shopping lleno de gente. Un clásico, supongo. Ahora, hace unos dos o tres años, mi miedo onírico más grande son los chicles. Dejé de comer chicle la primera vez que tuve esta pesadilla. En general empieza como un sueño normal en el que estoy haciendo cualquier otra cosa y de repente abro un chicle y me lo meto en la boca. Las primeras dos o tres mordidas no pasa nada, pero después el chicle se empieza a agrandar, toma una consistencia casi líquida, muy pegajosa, se me pega en los dientes y en la mandíbula, se sigue agrandando, intento escupirlo y no puedo, trato de sacarlo con las manos pero es interminable, tiro y se estira como el pañuelo larguísimo que sacan los magos del bolsillo, sigo tirando del chicle con las dos manos pero no se termina nunca, me pongo a llorar, la gente me mira y nadie me ayuda, casi no puedo respirar, el chicle se sigue agrandando, con esa consistencia aguada. El final va cambiando: a veces logro sacármelo del todo, a veces me lo saco y me arranca todos los dientes, a veces no sé qué pasa, creo que me quedo así, con el chicle atascado para siempre hasta que me despierto. Lo bueno de todo esto es que tengo un elemento que me permite saber si estoy despierta o soñando, como el trompo en Inception. Nunca, jamás, volví a comer chicle, y eso que antes me encantaba. Si como chicle es porque estoy soñando y a veces en mi sueño no me doy cuenta y pienso: «¿Por qué aceptaste ese chicle?», creyendo que estoy despierta. Odio este sueño y odio la sensación de ahogo que estoy sintiendo en este momento mientras escribo.
Piensen en su pesadilla recurrente, escríbanla, sean muy concretos, traten de replicar la escena o imagen que les da miedo y después pregúntense por qué.
Este disparador forma parte del proyecto mensual «30 días de escribirme». Cada día durante 30 días compartiré una consigna o disparador corto para que escribas un texto en tu cuaderno, computadora o blog. La idea es que lo uses para entrar en calor la mano y generes el hábito de escribir todos los días. No es necesario empezar con grandes temas ni escribir durante horas. Estos ejercicios están pensados para hacerse entre 15 y 30 minutos, pero cada cual puede usar el tiempo que quiera. Podés ir viendo los disparadores de este proyecto acá. Si querés compartir tu texto en alguna red social, podés usar el hashtag #30díasdeescribirme. También podés publicarlo en los comentarios de este post.
Gracias por haber compartido tu escrito! Quería leer lo que escribías con uno de los disparadores. Me hice una película mental con tu pesadilla, debe ser muy desesperante. Yo también tuve una serie de pesadillas recurrentes que recuerdo hasta ahora. Acá está mi escrito sobre este disparador y ya estoy esperando ansioso el próximo: http://todoesescribible.blogspot.com/2016/01/dia-6-escribi-tu-pesadilla-recurrente.html
Y si no tengo una pesadilla recurrente?!?!
https://vivirenletrasblog.wordpress.com/2016/01/16/dia-6-mi-pesadilla-recurrente/
http://wp.me/p6Mx0r-1I
Pingback: Día 6: La pesadilla recurrente – Garabatos a la Luna
Pingback: 30DE – Día 6 – Ori Marinig
Hola, me gustaría compartir mi escrito con ustedes:
No suelo tener pesadillas, casi
nunca suceden, pero tengo una en particular.
No es un sueño recurrente, sólo me
sucedió tres veces y hace mucho tiempo, pero es el que más me ha aterrado.
Estoy acostado en mi cama,
destapado. Debería estar durmiendo; parece que me desperté en la madrugada.
Está todo oscuro, sólo se ven las opacas
luces de la calle por mi ventana y la que sale del lavadero (mis padres dejan
la luz prendida por si alguien quiere ir al baño). Dicho lugar está fuera de la
casa y se puede ver la luz gracias a una pequeña ventana que sale de la cocina.
Mi habitación está entrando en un pasillito que va a la cocina. Nunca cerramos
la puerta del cuarto (duermo con mis hermanos), por lo que, si giro mi cabeza,
puedo ver el pasillo, la cocina, la ventana y la luz del lavadero. Además, los
pisos de mi casa están hechos de madera, por lo que si alguien camina, se
escucha bien.
Es en el momento en que miro ese
punto en específico, la luz del lavadero, y que agudizo mis sentidos por la
oscuridad y el silencio de la noche que las cosas empiezan a cambiar.
Primero escucho ruidos. Perros
ladran a lo lejos; no son mis perros, estoy seguro de eso. La madera de la
puerta de la cocina (que no puedo ver desde mi habitación, pues una pared me la
tapa) empieza a crujir, como si alguien quisiera abrirla de a poco, sin que
nadie lo oiga. Se escucha un pequeño ruido metálico, tan pequeño y distante que
podría ser falso, una jugada del cerebro, algo que suele pasar. Pero, sea
verdadero el sonido o no, suena a cuando levantás el pestillo de metal en forma
de gancho que cierra la puerta. Por supuesto, me da miedo.
Se escucha crujir el piso. Hay
alguien, estoy seguro, muy seguro. Ese “alguien” o “algo” está caminando hacia mí.
Agudizo la vista, pero no puedo ver nada. Empiezo a ver formas extrañas en la
cocina: caras, cuerpos, formas humanas y no tan humanas. No me parece tan raro.
Como dije, el cerebro te puede hacer una jugada, más aun en la oscuridad.
Ya no escucho el ruido. Eso
significa que se paró… ¿será porque estoy mirando hacia donde podría estar él,
o ella, o eso? Me entra el miedo. Me tapo con mis sábanas. Por alguna razón eso
calma el miedo…a veces.
…Parece que esta vez no va a
funcionar.
Los crujidos vuelven. Ya no escucho
los perros (no quieren interrumpirlo). Viene a por mí, lo presiento. Me tapo
completamente hasta la cara. Empiezo a sollozar. Los ruidos se hacen más y más
cercanos.
Escucho a alguien respirar. Es un aliento
pesado, profundo y tenue.
Está en la habitación, ha entrado…
Es raro, sigue caminando y mi
cuarto no es muy grande. Qué extraño, si viene a por mí, ¿por qué sigue…? ¡Mis
hermanos!
Trato de incorporarme de un salto,
pero no puedo. Ni siquiera puedo mover mis manos; no tengo fuerzas…no, es más
que eso. Es como si tuviera un peso encima. No un peso real, sino como una fuerza
desconocida e invisible que me presiona contra mi cama, impidiendo que me
levante.
De alguna forma logro llevar mis
manos hacia mi cara, destapándomela de a poco.
Miro alrededor y…no encuentro nada.
Sigo sin poder levantarme, pero ahora por lo menos puedo mover mi cabeza.
Cuando enfoco mis ojos hacia la
ventana de mi pieza, esa que da a la calle, me doy cuenta de todo.
“Él” está ahí. A mis pies, parado
al lado de mi cama, se encuentra una figura alta (muy alta) y flaca, casi
escuálida. Es totalmente negra, de pies a cabeza, pero no esa tez negruzca que
se puede ver en algunas personas, no. Es más bien oscuridad. Sí, esa es la
palabra que mejor lo define.
Lo único que no es negro en su
cuerpo, son sus ojos. Dos puntitos amarillo pardo sin expresión que, sin embargo,
me miran con expresión…como si fuera su presa.
Levanta uno de sus brazos. Es largo
y termina en dedos igualmente largos y finos.
Trato de gritar, pero no puedo; de
mi garganta no sale nada. Trato de moverme, de zafarme de la fuerza que me
tiene atado, pero no puedo. Estoy desesperado.
Se acerca a mí. Trato de llorar,
pero ni eso soy capaz de hacer…
Es ahí cuando me despierto.
Como dije, sólo me pasó tres veces,
con distintos finales. Éste en concreto es el primero, y el que más miedo me dio.
En el segundo no entra a mi
habitación; sigue caminando por el pasillo hasta la pieza de mis padres. En ese,
en vez de esa cosa negra, eran aliens; grises, para ser más exacto…sí, suena
raro, pero así fue.
En el tercero, el más corto y el
que menos miedo me dio, cuando esa cosa entra en mi habitación (aunque no lo
veo), me caigo al piso y sale de la nada un gato negro.
Mis sueños tienen nombre: parálisis
del sueño, un caso clínico real que le pasa a mucha gente que sufre de insomnio.
Lo peor de la parálisis del sueño
es que uno no sabe que está soñando. No sabe que lo que está pasando no está
pasando en realidad. Es un sueño real; es la terrible realidad llevada al mundo
onírico en sus más grandes niveles.
Tuve esos sueños hace unos dos años
y fueron todos consecutivos.
Me marcaron tanto que durante meses
no pude ir al baño o pasar por un lugar oscuro sin aterrarme completamente.
Vivía con paranoia.
Por suerte ya pasó…
La verdad es que no tengo una pesadilla recurrente, pero hice el ejercicio de todas formas describiendo qué es lo que siento al despertarme de una pesadilla (que por lo general suele ser lo mismo jajaja)
Hace muchos años soñé consecutivamente con la mism criatura, lo llamaré así; creo que fueron en total de 4 veces. Actualmente recuerdo todo muy a medias, debido a que fue hace años para ese entonces ers una niña.
Soñé consecutivamente con una misma «persona», no tengo ni idea de quién es, era un hombre alto, blanco muy blanco, con un traje negro y una nariz grande, su cabello era blanco y largo mas o menos esa es su descripción. Esta persona intentaba matarme a mi en cada sueño, yo siempre estaba intentando huir de este, hasta creo que una vez intenté matarle, pero no moría, así que mi única escapatoria era huir y esconderme. Los dos primeros sueños son tal cual, yo intentando huir sin más, en el segundo fue donde intente matarle, pero no era posible, importante; en los dos primeros sueños estaba en lugares reconocidos, que puedo distinguir, por ejemplo uno fue en unas escaleras que hay cerca a mi casa y el otro fue encima de un tejado. El antepenúltimo sueño es el que mejor recuerdo. Este iniciaba yo huyendo de esta «persona» iba en ina especie de carretera Nacional, yo pude perderle de vista, así que cerca sólo había un cementerio para intentar ocultarme, entré y me dirigí a la parte más profunda de este sitio, allí estaban amigos mios, personas que reconozco, yo les comente que la mejor opción para que no nos encontrara era enterrarnos a nosotros mismos, cada uno ayudo al otro, sólo quedó una persona por fuera, y hasta ahí no recuerdo nada más.
El último sueño, es muy diferente a los tres anteriores, pero siento que están ligados a estos. En el último suelo estaba en un lugar desconocido, pero que mi mente de alguna forma lo asimila con algún lugar donde ya he estado antes. Estaba en una especie de cabaña, no había luces, una persona igualmente estaba persiguiendome, sin embargo esta persona tenía otros rasgos era un hombre mas o menos viejo, no tenía piel estaba totalmente descubierto su cuerpo, se veía como quemado, era muy extraño, lo recurrente y que si recuerdo a la perfección es que este individuo intentaba violarme, creo que al final lo hizo. Cada vez que pienso en esos sueños y a la hora que ando escribiendo todo me entra un escalofrío inmenso en mi cuerpo y muchas ganas de llorar, es una sensación ineflable. Lo siento por tab pocos detalles, pero como dije anteriormente eso fue cuando era niña, así que mis recuerdos aunque están muy a medias, siguen perturbandome.
Buenas, soy un chico de pocas palabras mi pesadilla que les contare fue muy confusa.
Para empezar me encontraba un dia normal en mi casa era de dia, yo sali del lugar para relajarme y tomar aire y de pronto el escenario cambia me encontraba en una casa abandonada poco segundos despues vi unas plantas verdes con señores paseando y de la nada veo a una chica de espaldas y cuando me acerque un destello que salia del sol no sabia que era pero lo mire fijamente era una luz que empezaba a deslizarse sobre el sol de izquierda a derecha cada rato y cuando deje de mirarlo estaba en el espacio flotando y no podia hablar luego PUM!! sono en el espacio me asuste porque estaba oscuro voltee a ver que era eso y para dejar sorprendidamente a mi soñe con el segundo Big Bang un nuevo nacimiento de planetas pero hubo un error cuando los planetas nacieron estos chocaron entre si ya que los planetas que habian antes chocaron uno sobre otro hasta que un hombre movio la tierra para que no le entrara ningun residuo de rocas gigante luego me desperte y poco tiempo volvi a soñar con amigos que nunca tuve y vi al mismo señor que protegio la tierra de ahi desperte sudando y empapado.
Yo también quiero compartir mi pesadilla. Es algo muy extraño porque el sueño empieza con colores y bien. Estoy yo con el chico que me gusta (en el sueño) y sus amigos haciendo canastas en la calle mientras esperamos a que el amigo salga de trabajar. De ahi cuando él sale vamos caminando por el medio de la calle, pasando entre los autos cantando una canción y en una parte una de las chicas propone entrar a la puerta negra y yo le digo que es lo más estúpido entrar ahí pero que los acompañaba. Cuestión de que mientras vamos caminando ella hace algo con un libro y aparece la puerta, entramos y es un pasillo todo negro con patrones dorados que se van moviendo por el piso hacia el techo y asi en bucle. La regla era no sentir miedo porque el primero que sentía miedo era secuestrado. (Dato no menor: la puerta se llamaba «Samuel’s kidnapping) Cuestión de que yo empece a sentir miedo y los chicos podían ver mi aura, me decían que me tranquilice porque sino me llevaban. A lo que si, me quedé sola y escuchaba las voces de los secuestradores y ahi termino.
Parece una re fumada pero no le encuentro explicación.