Entrevista a Julio Cortázar
en el programa «A fondo» (1977, TVE)
Agradezco que la profesora de Lengua y Literatura de mi colegio nos haya hecho leer Bestiario, de Julio Cortázar. Recuerdo que esos cuentos me causaron mucha impresión ya que era la primera vez que leía algo donde la realidad se mezclaba tanto con la magia y el absurdo, donde lo posible y lo improbable convivían con total naturalidad. Después lo seguí leyendo por mi cuenta, aunque nunca lo suficiente, uno nunca puede tener demasiado de Cortazar. Todavía no me animé a Rayuela, todos los libros tienen su momento y ya llegará el mío.
Ayer terminé de leer «Los autonautas de la cosmopista», un libro que escribió con su mujer, Carol Dunlop, y que relata un viaje de un mes por la autopista París – Marsella. El viaje/juego consistía en no salir de la autopista, en explorar sus paraderos y convertirlos en hogares transitorios. En mirar lo que otros, en el apuro de comprar comida o ir al baño, no miran. Hicieron el viaje en una combi y se quedaron en un paradero distinto cada noche. Las reflexiones que surgen al hacer este viaje lento —porque la extensión total no llega ni a mil kilómetros— son profundas y divertidas. Pero de ese libro hablaré en otro post.
Me gusta mucho leer las biografías de autores y artistas que admiro, creo que es una manera de comprender mejor su obra. En esta entrevista que le hace Joaquín Soler Serrano, Cortazar habla de todas las etapas de su vida: su infancia en Banfield, sus recuerdos de Barcelona, sus padres, su herencia vasco/francesa-alemana, su primera novela escrita a los nueve años, su libro publicado bajo un pseudónimo, los libros que nunca publicó. Dura dos horas, les recomiendo mucho que la miren, será tiempo muy bien invertido.
Algunas frases que me gustaron:
Acerca de su herencia vasco-francesa-alemana: «En este aspecto de la biografía, muchos argentinos coincidiríamos bastante porque la Argentina, país de inmigración, produce cócteles humanos, mezclas de razas, cosa por cierto afortunada porque yo sigo creyendo que uno de los caminos positivos de la humanidad es el mestizaje, cuanto más grande se haga, cuando la fusión de razas sea mayor más podremos eliminar los chauvinismos, los patrioterismos, los nacionalismos de frontera absurdos e insensatos.»
Acerca de ser solitario: «Me sucede, y es algo que yo lamento, que en grandes reuniones, en contactos humanos muy bellos en los que estamos haciendo grandes cosas y me siento muy bien, hay un minuto en que Mr Hyde me dice en el oído: Hombre, ¿por qué no estás escuchando un disco tranquilo en tu casa?»
Acerca de las entrevistas: «Me gusta que estés bien informado, no hay nada peor que una entrevista en la que sientes que el que te está haciendo preguntas tantea sin saber bien por qué y cómo va a preguntar, entonces tienes que ayudarlo y se convierte en una tarea casi humanitaria, lo cual no es muy simpático.»
Acerca de su vocación literaria temprana: «Mi madre me ha dicho que desde los ocho o nueve años había que pescarme y sacarme al sol porque yo leía y escribía demasiado. Incluso hubo por ahí un médico que recetó que había que prohibirme los libros durante 4 o 5 meses. Pero fue un sufrimiento tan grande que mi madre, que es una mujer sensible, me los devolvió.»
Y: “Un escritor nunca llega a escribir lo que él quisiera escribir, un libro más es en cierta medida un libro menos, menos en ese camino final de irte acercando al libro final y absoluto que nunca escribes, porque te mueres antes”.
Un placer escuchar a este genio. No se la pierdan!
Me encanta Cortázar, siempre sentí una especial sintonía, inexplicable, que quizás se refuerce con el hecho de que también crecí en Banfield y fui a la misma escuela que él. Para mí su aura deambulaba aún por ahí. Y coincido totalmente con vos, los libros tiene su momento, y pese a quererlo tanto a Cortázar, quizás por respeto a él, aún no he leído Rayuela, pero estoy segura que ya me llegará la oportunidad.
Aprovecho para decirte que me gusta mucho este nuevo blog, muchas veces cuando estoy sin inspiración para escribir vengo acá y me deleito un poco no sólo con tu talento, sino también con la buena vibra que inspira el blog a todos los que nos gusta escribir. Abrazo desde Inglaterra 🙂
Gracias por compartirlo! Comencé a mirar el vídeo y no sé por qué en un momento se me cerró y no logré abrirlo de nuevo. Pensé, mañana lo continúo. Estire el brazo y agarré el libro de Cortázar que tenía sobre la mesita de luz y me puse a leer un poco. Comparto un fragmento que seleccioné y me pareció bastante interesante para pensar un poco…
Fragmentos de «Un pequeño paraíso» J. Cortázar. «Las formas de la felicidad son muy variadas, y no debe extrañar que los habitantes del país que gobierna el general Orangu se consideren dichosos a partir del día en que tienen la sangre llena de pescaditos de oro. […] Una vena del brazo es conectada a un tubo […] en el cual llegado el momento se introducen veinte pescaditos de oro. […] Media hora más tarde el ciudadano posee su número completo de pescaditos de oro y se retira para festejar largamente su acceso a la felicidad. […] El único obstáculo a este cuadro lo constituye periódicamente la muerte de alguno de los pescaditos de oro. […] Los habitantes conocen los síntomas, por lo demás muy simples: la respiración se vuelve dificultosa y a veces se sienten vértigos. En este caso se procede a utilizar una de las ampollas inyectables que cada cual almacena en su casa. […] El gobierno del general Orangu ha fijado el precio de cada ampolla en un equivalente a veinte dólares, lo que supone un ingreso anual de varios millones. Cuando se trata de familias sin recurso, cosa muy habitual, el gobierno les facilita las ampollas a crédito, cobrándoles como es lógico el doble de su precio al contado. Si aun así hay quienes carecen de ampollas, queda el recurso de acudir a un próspero mercado negro que el gobierno, comprensivo y bondadoso, deja florecer para mayor dicha de su pueblo y de algunos coroneles. ¿Qué importa la miseria, después de todo, cuando se sabe que cada uno tiene sus pescaditos de oro, y que pronto llegará el día en que una nueva generación los recibirá a su vez y habrá fiestas y habrá cantos y habrá bailes?»
Aniko:
Mi historia es un poco parecida a la tuya., sólo que no fué una profesora de Literatura quien me introdujo al mundo mágico de Cortázar sino un compañero de cuart en la pensión de estudiantes donde vivíamos. Yo frecuentaba una de las escuelas más «cuadradas» de la época y en ese ámbito, poucos estudiantes tenían interés en ficción en general, mucho menos en una literatura vanguardista y propulsora de ese realismo fantástico de Julio. Mi compañero, por lo contrario, asistía a la facultad más progresista, conectadísima, cuyos estudiantes tenían todas las antenas recibiendo todo y cualquier movimiento intelectual del mundo (esto es, lo permitido por una censura muy estricta latinoamericana). Mi primer libro fue también Bestiario y como vos inmediatamente comencé a buscar y devorar todo lo que encontraba de él. Y llegué a Rayuela.. La he leído nueve veces a lo largo de 43 años… y a cada lectura le encuentro nuevos mensaje dirigidos a mí, encuentro nuevas lecturas de las mismas palabras que allá están, fijas, invariables pero completamente distintas de la vez anterior
La primera vez la leí como él sugiere, en el orden numérico del 1 al 56 y no leí el resto. La segunda, siguiendo el orden sugerido con sus llamadas al pie de la página, y fue como si tuviera otro libro en las manos. Y así he ido jugando a la rayuela, jugando con el destino, abriendo el libro en la página que el azar determine y de ahí partiendo para juegos numéricos casi infantiles o cabalísticos. Si estoy en el capítulo 17, ¿qué tal si invierto el orden y voy a leer el 71? y así en adelante. O sea, leí aquí dos comentarios , uno tuyo y de otra lectora diciendo que están esperando «el momento». Claro que esos comentarios son de 2015 y es muy probable que en estos 5 años ustedes ya se hayan animado a leerlo pero si no lo han hecho quiero decirles (a ustedes dos y a los eventuales lectores de este comentario) que «Rayuela» no tiene «momento» porque es universal, atemporal y eterna.
Saludos desde Canadá.